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Hasta que la política lo impidió

Actualizado: 4 jun 2018

Maria Aizpurua, Víctor Collell, Pol Corredoira y Àlex Palomar. Barcelona.

01/06/2018


El conflicto político que enfrenta a España y Cataluña no es un aspecto nuevo para los que lo viven desde dentro. En 2004, la selección catalana de hockey sobre patines se proclamó campeona del Mundo B. España lo impidió a posteriori en los Altos Tribunales en el llamado Caso Fresno. Cataluña fue el mejor país del mundo en este deporte hasta que la política española lo impidió.


La selección catalana de hockey sobre patines celebrando su victoria tras haber vuelto de Macao

ANTECEDENTES

El mes de marzo de 2004 fue histórico para el deporte en Cataluña. Se tomó una gran decisión para muchos de los catalanes: las selecciones deportivas de la Federación Catalana de Patinaje podrían disputar competiciones oficiales (incluyendo los Mundiales y los campeonatos de Europa). Los Juegos Olímpicos fueron el único acontecimiento deportivo donde no pudieron participar, ya que las cuatro modalidades que incluye la Federación de Patinaje no compiten en estos Juegos: hockey sobre patines, hockey en línea, patinaje artístico y patinaje de velocidad.


Esta decisión fue tomada por la Federación Internacional de Patinaje en una reunión ejecutiva en Miami, lo que desencadenó la euforia en Cataluña. A partir de ese momento eran los deportistas los que tenían que decidir a qué selección querían pertenecer, porque después, ya no había vuelta atrás.


España es una potencia mundial en un deporte como es el hockey sobre patines y todos los jugadores que integraban el equipo español, en esos momentos, eran catalanes; lo que hizo que esta decisión tuviera aún más repercusión en este ámbito. Hasta entonces, la selección catalana había participado únicamente en partidos amistosos, en gran parte por la oposición de la Federación Española.


El reconocimiento de las selecciones de patinaje fue la culminación de un proceso muy largo iniciado en los años 80, pero sus primeros frutos salieron a la luz en el año 2000, cuando la “Plataforma Proseleccions Esportives Catalanes” recogió más de medio millón de firmas para pedir una iniciativa legislativa popular a favor de una nueva Ley de Deporte que abriera el camino a las selecciones. Posteriormente, el Parlamento catalán aprobó, con los votos de todos los partidos a excepción del Partido Popular, la modificación de la ley anteriormente mencionada, haciendo posible la participación de las selecciones catalanas en el ámbito internacional; una iniciativa que el gobierno español recurrió al Tribunal Constitucional.


Una vez asentadas las bases jurídicas, el camino abierto por el patinaje lo podrían haber utilizado otros deportes como el rugby, el korfbal o el ajedrez, pero no consiguieron tener esta fuerza, y para el fútbol y el baloncesto la situación era aún más difícil.


Del 16 al 23 de octubre de 2004 Cataluña asiste al Campeonato del Mundo B de Hockey Patines en Macau, China: el primer campeonato internacional oficial en el que participó la selección catalana de hockey sobre patines masculina. Fue la primera vez que Cataluña tuvo representación en un torneo oficial en un deporte de prestigio internacional.


La selección esperaba concluir en los tres primeros puestos y clasificarse para el Mundial A de 2005, en el que tenía la plaza asegurada España. Su presencia dependía de que el 26 de noviembre la Federación Internacional ratificara a la catalana su reconocimiento. El Gobierno español no estaba a favor de la propuesta por lo que este reconocimiento nunca se produjo.

La cita era crucial para el deporte catalán porque derrumbaba la barrera que parecía infranqueable para la época. La histórica reivindicación catalana de poder competir de forma oficial a nivel internacional siempre encontró puertas cerradas frente al deporte español, pero esta vez era una excepción. La presencia de la selección de Cataluña en Macao provocó un huracán en el Consejo Superior de Deportes y en la Federación Española de Hockey sobre Patines, que intentó por todos los medios impedir su participación en el Mundial B.


Todo este suceso se interpretó en Cataluña como un primer paso para lograr nuevos reconocimientos internacionales en otras medidas deportivas. Este es el motivo fundamental por el que Jaime Lissavetzky, secretario de estado para el deporte, se apresuró a clarificar de nuevo la postura del CSD (Consejo Superior de Deportes): “Las selecciones españolas nunca se enfrentarían a selecciones de una parte de su territorio. La ley del deporte especifica que la única representación internacional de España la tienen las federaciones españolas”.


Enrique García Raposo, presidente de la Federación Española de Patinaje desde el mismo año 2004 sustituyendo a Antoni Martra, que dimitió para no poner trabas a las aspiraciones catalanas, pidió de forma subliminal un boicot a Cataluña por parte de los nueve equipos restantes del Mundial B. La petición del boicot, recogida por la prensa de Macao, fue matizada por García Raposo, que aseguró que hizo un llamamiento a las selecciones rivales de Cataluña para que meditaran su posición en el Mundial y evitaran su ratificación definitiva en Fresno (ciudad de California donde tuvo lugar la celebración de la asamblea de la Federación Internacional de Patinaje, FIRS, el 26 de noviembre de 2004. Comportó que la Selección Catalana de hockey sobre patines que había sido aceptada provisionalmente y que ganó el campeonato no fuera aceptada posteriormente de forma definitiva como miembro de pleno derecho, de lo que hablaremos más adelante).


El presidente de la Federación Española impugnó en mayo de 2004 el acuerdo del Comité Central de la Internacional, al que no asistió ningún representante español, mediante un amplio escrito. En una de las cinco alegaciones, pidió la nulidad de la convocatoria del comité al entender que se vulneraron los estatutos del organismo internacional. Según la Federación Española, en la agenda del día no figuraba el reconocimiento del patinaje catalán; en cambio, la federación internacional asegura que la afiliación de la catalana estaba incluida en el punto siete del orden del día.


EL TORNEO - MACAO 2014

Y llegó el día D. Macao acogía el Mundial B de Hockey Patines del año 2004. Los tres primeros clasificados conseguirían su billete para el campeonato global de máximo nivel. Las selecciones contestantes en esta competición no tenían una extensa tradición en este deporte. 11 países participantes: 5 asiáticos, 4 europeos y 2 de Oceanía. La lista no se podía decir que fuera especialmente temible. Andorra, Australia, Austria, China, Corea del Norte, Japón, Macao, Nueva Zelanda, Taiwán y la más peligrosa de todas las escuadras, Inglaterra, acompañaron a Cataluña en ese campeonato. Días antes de la celebración del torneo, Corea del Norte decidió renunciar a participar. Así pues, diez equipos competirían por el oro y por las plazas clasificatorias.


La selección catalana de hockey sobre patines recién llegada a Macao

Los conjuntos se distribuyeron en dos grupos, A y B, en primera fase. Los cuatro mejores de cada cuatro pasarían a una segunda fase eliminatoria a un solo partido. Cataluña quedaba emparejado en el segundo de los grupos, junto con Japón, Inglaterra, Australia y Austria. Sobre el papel, pasaría fácil a siguiente fase. La comodidad con la pasó esos partidos el combinado catalán fue pasmosa. 8-0 ante Japón, 12-0 ante Austria, 11-0 ante Australia, 11-0 ante Inglaterra y el correspondiente 10-0 ante Corea del Norte por incomparecencia. Inmejorable tarjeta de presentación. La crónica del debut ante Australia que hizo El País ya dibujaba una línea de cómo sería la participación de Cataluña en el torneo: “El partido no tuvo historia. Tibau inició el triunfo a los 59 segundos. Cumplido el segundo minuto, Australia sufrió el segundo y a los cinco ya perdía por tres. Parecía que la selección catalana iba a gol por minuto hasta que se activó la consigna con la que viajó a Macao: no apabullar a los rivales para no crearse federaciones enemigas con vistas a la votación de Fresno. Con un 8-0 en el descanso, Cataluña organizó luego un rondo sobre la defectuosa pista.” El mismo capitán del conjunto favorito, Ivan Tibau, admite que el “nivel de hockey del resto de equipos era muy bajo”.


Líder en solitario con 15 puntos, Cataluña se plantó en segunda fase con la única amenaza de Inglaterra por la espalda, tres puntos por debajo en ese grupo B. Al otro lado del cuadro, Macao se imponía con 12 puntos en un grupo mucho más competido. Japón y China, eliminadas en la fase de grupos, se disputaban el noveno puesto, con resultado favorable para los japoneses. Los catalanes empezaban a darse cuenta de la magnitud que poco a poco iba cogiendo lo que estaban haciendo: Un deporte como el hockey, en prime time por la televisión a la una del mediodía, contra China, Macao, contra Inglaterra… era algo diferente.” afirma el capitán Tibau.


Cuartos de final. Cataluña encaró su primer “todo o nada” contra Taiwán, la cual superó por un claro 12-1. Taiwan fue la única selección capaz de marcarle al combinado catalán en todo el torneo y fue desde el punto de penalti. Su rival en semifinales sería, curiosamente, Andorra, que venía de vencer a Australia 4-2. El partido sólo tuvo un color, el de la camiseta catalana, que se impuso fácilmente a la elástica andorrana por 8-0. Los andorranos consiguieron la tercera plaza en su último partido de la competición ante la selección anfitriona, a la cual vencieron por 2-0. Así, conseguían el billete para el próximo Mundial A de Hockey sobre Patines. Y por fin, la gran final. Con los dos conjuntos, Inglaterra y Cataluña, ya clasificados para el siguiente mundial, disputaban el partido definitivo del campeonato. No fue tan fácil como en los encuentros previos. Los ingleses ofrecieron resistencia pero no fue suficiente para parar el talento catalán. 6-0 y el trofeo viajaba a Barcelona. Ni ellos mismos se podían imaginar lo que estaban a punto de vivir allí.


La selección catalana de patinaje junto a Carod Rovira tras ganar el Mundial B en Macao

LA CELEBRACIÓN DEL TÍTULO Y LA MANIFESTACIÓN PRO-SELECCIONES CATALANAS


Ramon Basiana, presidente por aquel entonces de la Federación Catalana de Patinaje hasta día de hoy, recalcaba hace cinco años en el medio “La Xarxa” que el hito de haber podido disputar un Mundial B había sido toda una proeza para la Selección Catalana de hockey sobre patines: “Despertamos la conciencia del deporte catalán al querer buscar el reconocimiento internacional. Hemos sido un grano de arena en el actual proceso nacional”.


Tal vez fue un título menor o tal vez no. Como ya hemos visto, la victoria fue total y absoluta. El hito tuvo tanta repercusión tanto dentro como fuera de Catalunya que la Federación Catalana pidió ser adscrita a la Federación Internacional de Patinaje, la FIRS (Fédération Internationale de Roller Sports) en el conocido Caso Fresno; una problemática que veremos más adelante.


El título se festejó el 25 de octubre en una recepción oficial organizada en el Palau de la Generalitat, en la Plaça Sant Jaume de Barcelona. Antes, cerca de 2.000 personas recibieron a los deportistas en el aeropuerto con banderas esteladas y señeras, coreando cánticos de “campions”, “una nació, una selecció” y “visca Catalunya”. Días atrás, en el pabellón de Macau, el presidente de la Generalitat Pasqual Maragall, del Partido Socialista de Cataluña, se fotografió con los campeones de una selección nacional de un territorio que, sin ser un país, había ganado un campeonato oficial. Había ganado un Mundial.

Los campeones catalanes con el trofeo junto a Pascual Maragall /Imagen:

Los jugadores recorrieron las calles de Barcelona encima de un Bus Turístic ofreciendo el título a los aficionados. Una vez en la Plaza Sant Jaume empezó la fiesta: tras cantar el himno de Catalunya a capela, los deportistas entraron dentro de la Generalitat, donde les atendió el presidente y algunos de sus consejeros. “Todas las calles de la Plaza Sant Jaume estaban llenisimas, no cabía nadie más. Todo esto fue un paréntesis bestial”, explicaba Ivan Tibau emocionado. La prensa aprovechó para inmortalizar el momento e inundó también el recinto. A partir de ahí salieron al balcón del Palau, lugar habitual de los festejos de clubes deportivos, como el Fútbol Club Barcelona. El Capitán de la selección, Iván Tibau, quien, como sabemos, posteriormente sería Secretario General del Deporte en Catalunya, emuló la frase del President Tarradellas diciendo “Ja la tenim aquí”, imitando también a Josep Guardiola, jugador del Dream Team que conquistó la Copa de Europa de fútbol a la órdenes de Johan Cruyff.


En un momento dado, el presidente Maragall se dirigió tanto a los jugadores como a los aficionados y también a los directivos: “Cuidado, porque debéis conseguir ganar la ‘prueba de Fresno’; y esto no es responsabilidad de los jugadores, sino de los federativos, de todos. Tal vez luego, si todo va bien, los jugadores podréis competir en el Mundial A”.


Tras la negativa de la FIRS de admitir a la Federación Catalana, caso que analizaremos a continuación, se convocó una manifestación a favor de las selecciones catalanas que contó con la participación de políticos que formaban parte del Govern por aquel entonces, como por ejemplo la del republicano Josep Bargalló, consejero de la Generalitat, quien afirmó que no supondría ningún inconveniente asistir al acontecimiento. La concentración se celebró coincidiendo con un partido de la Federación Catalana de Fútbol entrenada por el exazulgrana Àngel ‘Pichi’ Alonso, selección que se enfrentaba a Argentina. El partido empezó a las 21:00 h. pero a las 19:00 h. empezó la movilización de miles de personas. Un total de 65.000 personas presenciaron el partido en el Camp Nou. Antes del encuentro, la selección catalana de hockey sobre patines ganó a un combinado mundial por 13 goles a 8 en un partido amistoso.


Según los organizadores, fueron 20.000 las personas que acudieron a las movilizaciones a favor de las selecciones catalanas, mientras que fueron unas 6.000 según la Guardia Urbana. Si antes comentábamos que Bargalló había asistido a dicho acto representando al gobierno, debemos apuntar que fue el único en hacerlo, puesto que los otros políticos asistentes no formaban parte del Partido Socialista. Sí que asistieron representantes de Esquerra Republicana, com su presidente, Josep Lluís Carod-Rovira; o el que, años más tarde, se convertiría en president de la Generalitat, Artur Mas, representando a Convergència i Unió. También hicieron acto de presencia el secretario general del deporte en Catalunya, el señor Rafael Niubò; y Dolors Camats, portavoz de Iniciativa per Catalunya.


En la manifestación, se le entregó a Bargalló un manifiesto en el que se pedía la implicación de los políticos —y en concreto los del gobierno— para conseguir que el deporte catalán pudiera participar en competiciones oficiales. Y es que Maragall no acudió ni a la manifestación ni a ninguno de los dos encuentros deportivos. Quien sí que estuvo en el palco de l’Estadi del Futbol Club Barcelona fue el presidente del Parlament, Ernest Benach.


Como hemos visto anteriormente, muchos de los que apostaban por las selecciones catalanas veían como una obligación ser un estado independiente a España si querían que dichos equipos deportivos pudieran competir oficialmente sin ningún tipo de problema. Años después, no se ha conseguido la oficialidad ni de la selección catalana de hockey sobre patines ni la de ningún otro deporte que mueva grandes masas. Se han reconocido las selecciones de deportes como el fútbol sala, el korfbal, el biketrial, el pitch and putt o los dardos, deportes completamente minoritarios —a excepción del fútbol sala, tal vez—.

CASO FRESNO


Desde que la política, hace ya muchos años, empezó a utilizar el deporte como una bandera, la historia siempre ha dado la razón al más fuerte. Con el hockey sobre patines, en una España plurinacional, chocaron los partidarios que querían que el deporte fuera una bandera estatal y otros que deseaban que fuera bandera de las naciones. Había catalanes a los cuales les hacía ilusión que Cataluña tratara de tú a tú los estados de las competiciones internacionales. Era difícil de conseguir y el proyecto descarriló en Fresno.


Después de la victoria catalana del Mundial B en Macao, la Federación Catalana tenía el estatus de “admitida provisionalmente” a nivel internacional pero debía ser admitida definitivamente en Fresno. Era necesaria una votación por parte de las federaciones de pleno derecho.


El Caso Fresno fue la celebración irregular de la asamblea de la Federación Internacional de Patinaje (FIRS) que tuvo lugar en Fresno (California), el 26 de noviembre de 2004. Este caso comportó que por primera vez en la historia, una Federación Deportiva nacional que había sido aceptada provisionalmente no fuera ratificada en unas votaciones posteriores.


El 11 de noviembre de 2004, el Parlamento de Catalunya aprobó, con todos los votos menos el Partido Popular de Catalunya, una proposición no de ley que pedía al Gobierno Español respeto por las decisiones de las federaciones deportivas, días antes de la cita de Fresno, donde debía decidirse sobre el reconocimiento de la Federación Catalana de Patinaje.

Inquietud, incerteza, nervios, esperanza, dudas. Todas estas sensaciones y sentimientos acompañaban la delegación catalana cuando faltaban justo 24 horas para el inicio de la última batalla para obtener el ingreso definitivo en la FIRS. Un ambiente alejado de la euforia que exhibió la selección catalana de hockey sobre patines cuando celebró en una plaza de Sant Jaume De Barcelona casi llena por el título conseguido en el Mundial B de Macao.


“Cada día que pasaba subía el nivel de nervios e inquietud”, reconoce el expresidente del patinaje catalán, Ramon Basiana. Él fue el encargado de defender los argumentos de la federación catalana delante el comenitè central y ejecutivo de la FIRS. Su objetivo era neutralizar la impugnación presentada en el mes de mayo por la federación española al ingreso provisional de Cataluña.


La Federació Catalana de Patinatge y la Secretaria General de l’Esport contaban con que la admisión definitiva se haría efectiva, basándose en los diversos contactos que habían tenido con otras federaciones nacionales. Pero el ruido mediático y las fuertes presiones de la Federación Española con otras paises nfluyeron en el resultado final.

Las presiones políticas documentadas de España, provocaron que en una polémica asamblea, celebrada el 26 de noviembre de 2004 en Fresno (California), Cataluña no fuera ratificada como miembro de pleno derecho de la Internacional.


Entre las irregularidades de esta asamblea destaca el hecho de que a pesar de que varios miembros pidieron que la votación fuera secreta, y que los estatutos así lo obligaban en caso de que lo pidieran un mínimo de dos asistentes, la votación se produjo a mano alzada, lo que no permitía ofrecer las garantías necesarias para que no se produjeran presiones entre diferentes países.




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